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COMPRENSIÓN VERBAL DEL WISC-IV: TEST DE COMPRENSIÓN

 

 
 

El Test de Comprensión del WISC-IV mide esencialmente el razonamiento, la comprensión y expresión verbal, la capacidad para evaluar y utilizar la experiencia, el conocimiento de las normas de conducta convencionales, así como la madurez, el juicio social y el sentido común.

El niño debe contestar de manera oral a una serie de preguntas relacionadas con experiencias de la vida cotidiana y con la capacidad de comportarse adecuadamente y de acuerdo con los valores sociales.

La tarea que se presenta al niño es decir que explique lo que el haría en una situación determinada, o por qué alguna situación social es así. Ejemplos similares a los planteados por esta prueba serían: "Qué harías si te perdieras en un centro comercial", o "Por qué deben existir los jueces"

Lo que se pide al sujeto es la explicación razonada de su conducta en esas situaciones o supuestos. Un razonamiento maduro (siguiendo el ejemplo del centro comercial, la conducta adecuada sería "pedir ayuda a un vigilante") puntúa más que una conducta infantil o que no soluciona el problema (esperar a que mis padres me encuentren).

En resumen, lo que esta prueba demanda al niño es la comprensión de determinadas situaciones sociales a un nivel adecuado a su edad cronológica.

En ese sentido es una prueba que tiene un gran valor en relación a la inteligencia práctica, no sólo a rapidez perceptiva o de razonamiento sobre estímulos abstractos

Como toda prueba de componente verbal no puede ser utilizada con garantías en casos de niños con insuficiente conocimiento del castellano.

 

Puntuaciones bajas en el test de Comprensión pueden ser indicativas de:

-Incapacidad para afrontar los problemas diarios

-Contradicción

-Dependencia

-Hostilidad

Por otra parte, puntuaciones altas en el test de Comprensión podrían igualmente indicar:

-Juicio práctico

-Pragmatismo

-Astucia

-Madurez social

Cómo desarrollar este tipo de Razonamiento:

Para desarrollar las capacidades exigidas por este test es necesario exponer al niño de manera repetida a este tipo de ejercicios:

- Pedir al niño que explique determinados supuestos sociales, o cómo reaccionaría si sucediese tal o cual cosa.

- A partir de ahí, modelar o ejemplificar conductas maduras ante dichas situaciones.

- Elegir una alternativa de conducta ante varias que le planteemos a la hora de resolver un problema

- Ejercicios de priorizar o clasificar dichas alternativas desde las más adecuadas a las menos correctas, con explicación de las razones que sustentan esa decisión.

 
 

- Actividades de la vida diaria en la que se permite al niño elegir entre alternativas en vez de darle las cosas hechas, desarrollarán en él estas habilidades, sobre todo si luego van seguidas del correspondiente diálogo o razonamiento.

- Queda claro que actitudes familiares que fomentan la madurez, partiendo de explicaciones adecuadas a la edad del niño ante sus preguntas, así como razonamientos del adulto de por qué ocurren o hay que hacer las cosas, son un elemento favorecedor de esta aptitud.

Normas de Aplicación:

-Niños de 6 a 8 años comienzan por el elemento 1

-Niños de 9 a 11 años comienzan por el elemento 3.

-Niños de 12 a 16 años comienzan por el elemento 5.

-Si un niño de 9 a 16 años no alcanzara 2 puntos en los dos primeros elementos que se le aplican, se le plantean los anteriores en orden inverso hasta que obtenga las puntuación máxima en dos elementos consecutivos.

La prueba de Comprensión finaliza cuando el niño comete cuatro fallos consecutivos (0 puntos)

Otras consideraciones:

La prueba de Comprensión es una tarea complicada para algunos niños. Generalmente para niños con dificultades de lenguaje o desconocimiento completo del castellano.

El subtest de Comprensión también puede resultar una tarea complicada para el examinador a la hora de otorgar puntuación a determinados elementos.

Y es que a la hora de puntuar los ítems el examinador debe elegir entre alternativas de 0, 1 y 2 puntos, partiendo de los ejemplos que aporta el manual sobre posibles respuestas de los examinandos.

Sin embargo, en algunas ocasiones, resulta difícil puntuar con objetividad, ya que algunas de las respuestas dadas por los niños no aparecen en el repertorio de ejemplos. Debe ser la habilidad del psicólogo la que haga una correcta interpretación, con el riesgo de subjetividad que esto conlleva.

El manual señala que ante determinadas respuestas poco claras se le pida al niño que aclare más la respuesta, pero esto puede hacer que determinados niños se inhiban al comprobar que son incapaces de mejorar dichas respuestas iniciales.

Puede ocurrir por tanto que existan dudas razonables sobre qué puntuación otorgar a determinados ítems. Una táctica ante esta situación consiste en ser generoso en un caso (por ejemplo, otorgar 2 puntos ante la duda de 2 y 1, y ser más exigente en el siguiente elemento (por ejemplo, otorgar 0 puntos ante la duda de 1 y 0).