Muchos problemas
de comportamiento se resolverían simplemente si uno de
los padres dedicara algunos minutos exclusivos todos los
días a cada niño. Esto es especialmente cierto cuando se
trata de niños que muestran celos de su hermano más
pequeño.
Para ello, la pareja debería apoyarse para poder dividir
la atención entre sus hijos.
Los niños necesitan que los padres estén con ellos de
manera relajada, no sólo como padres, como lo están la
mayoría del tiempo, sino en una relación de tú a tú.
Con niños pequeños
se trataría de hacer algo juntos, fundamentalmente
jugar. Habría que intentar adaptarse a los gustos del
niño, es decir, jugar a lo que él le apetezca, o dividir
el tiempo a lo que padre e hijo quieran jugar.
Es importante de que en ese periodo de tiempo olvide que
es su padre o su madre. No se trata de hacerle preguntas
o de enseñarle, sino de estar con él. Si en esos
momentos nuestro objetivo fuera que aprendiera
(preguntándole, por ejemplo, "¿cuantos cromos
tienes?..." con la idea de que los cuente y así
desarrolle el contaje y la numeración) la relación no
sería de igual a igual, sino de padre/hijo o de
profesor/alumno.
Se puede poner un nombre a ese tiempo: por ejemplo:
"Nuestra hora de jugar", o "Nuestro tiempo a solas",
etc., de modo que quede claro cuando comienza y acaba la
actividad. Es preferible 15 minutos diarios a una hora
el fin de semana.
¿Qué hacer en ese
tiempo?. Cada padre debe adaptarse a sus circunstancias;
en general, a los niños les gusta que les sigamos el
juego, que seamos tal o cual personaje de sus juegos de
ficción, que contemplemos cómo hace una construcción,
etc.
Una buena idea es describir lo que el niño está haciendo
("Ya veo que ese coche va como loco...", comentamos
describiendo cómo mueve el niño el juguete). Es una
forma de que el niño se de cuenta de que le prestamos
atención.
Con niños mas mayores es buena idea irse a merendar, a
jugar con la pelota al parque, montar en bicicleta..., y
simplemente charlar de lo que a el le apetezca. En ese
caso el "tiempo a solas" se tendría el fin de semana,
una vez aparcadas las obligaciones diarias de ambas
partes.
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