Orientaciones Educativas para Profesores

 
 


EL NIÑO DESCUIDADO CON SUS DEBERES O TAREAS ESCOLARES

 

 
 


Hablamos del niño que hace mal los deberes por descuido o por darse excesiva prisa. No es que no sea capaz de entender los ejercicios o actividades sino que por descuido no sigue las instrucciones y entonces hace mal las tareas.

Qué podemos hacer en esa situación:

-Lo primero será averiguar en qué consisten las dificultades, es decir, por qué comete fallos. Por ejemplo, puede que no lea las instrucciones lo suficiente para entenderlas o que corra para acabar cuanto antes los deberes e irse a jugar, o que entregue los exámenes sin revisarlos, etc.

-Darle pautas que le ayuden a comprobar que ha leído las instrucciones o repasado los ejercicios. Por ejemplo, rodear el número de actividad cuando la haya leído o poner una marca cuando haya repasado una pregunta. Esto le servirá de ayuda y recordatorio y además podremos comprobar si ha seguido las pautas necesarias para no ser descuidado.

 

-Comentar con el niño la importancia de ser cuidadoso en todas las situaciones. Por ejemplo, qué pasaría si no leyésemos bien la hora de salida de un tren, o nos montásemos en el autobús de la línea 22 en vez de en el de la línea 23.

-Elogiar al niño cuando presente un trabajo sin errores (o con una mejora en relación a su desempeño normal).

-Mostrar ese trabajo a un familiar o amigo en presencia del niño.

-Dejarlo en el tablón de corcho o en un sitio visible para así estimular su deseo de mejorar.

 

-Utilizar un gráfico en el que se anoten los puntos que el niño puede ganar. Por ejemplo, si comete menos de 2 errores por hoja, etc.

-No centrarse en los errores sino en lo que tiene bien, como modelo de actuación. Por ejemplo, referirse a "esa letra a" que está bien cerrada y por tanto no podemos confundirla con la "letra c".

-Haciendo que compruebe las consecuencias de no ser cuidadoso. Por ejemplo, teniendo que repetir el ejercicio de nuevo, o repasándolo todo hasta encontrar el error. Este aprendizaje por las consecuencias de la propia conducta es muy eficaz pero requiere para su aplicación que el niño sea capaz de hacer las cosas, es decir que no se trate de algo más que de ser descuidado.

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