El primer autor
que intentó valorar la personalidad a través del dibujo
de un árbol fué el suizo Emile Jucker,
hacia 1928, quien utilizaba un método empírico e
intuitivo.
Más tarde, en 1934, Hurlock y Thomson
estudiaron la evolución de la personalidad de niños
entre 4 y 8 años a través de sus dibujos, observando
cómo la riqueza de detalles de éstos aumentaban con la
edad y la capacidad intelectual.
En ese mismo año, Schliebe también utilizó el dibujo
de los árboles para estudiar la personalidad. Llegó a
tener más de 4500 dibujos de sujetos entre 4 y 18 años,
a los que hacía dibujar un árbol y luego sucesivamente
un árbol "muerto, helado, feliz, asustado, triste y
moribundo".
En 1947, Buck, discípulo de
Goodenough, perfeccionó el H-T-P (House-Tree-Person
Test, ó Test de la casa-arbol-persona), como test tanto
de inteligencia como de personalidad.
Pero fué Charles Koch, en 1957, en su obra "Le test
de l'arbre" el que decidió utilizar este instrumento de
manera más objetiva, no tan intuitivamente como hasta
entonces.
Koch llega a establecer algunas normas de medición,
para lo que recomienda inscribir el árbol en un recuadro
en el que no entren las raíces, y dibujar una cruz
vertical que se corte en la mitad del tronco, dónde éste
se junta con la copa. Luego, trazar con líneas
discontinuas cuatro diagonales que unan los cuatro
vértices del recuadro. Es así como es posible recurrir
al análisis cualitativo y a la medición, pudiéndose
establecer los porcentajes entre la altura del tronco y
la de la copa, o medir el ancho de ésta, o la relación
entre su anchura y su altura, o la dirección de las
ramas y hojas en relación con la vertical y la
horizontal.
Método de Valoración de Karl Koch
Método de Valoración de Renée Stora
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