Imagínese que usted es taxista. Su taxi es amarillo y negro y ya tiene 10 años.

Una de las escobillas del parabrisas está rota y las pastillas de frenos están a punto de agotarse.

El depósito de combustible tiene una capacidad de 60 litros, pero hoy ya lleva varios minutos en la reserva.

El pasajero no quita el ojo de la señal luminosa de la reserva y se pregunta si llegarán al aeropuerto a tiempo...

Pregunta: ¿Qué edad tiene el taxista?

Seguro que se ha encontrado con un acertijo de este tipo, en el que se hace una pregunta que aparentemente no tiene nada que ver con el planteamiento del problema.

Suele ser una experiencia frustrante, ya que después de perderse en datos sobre el estado del viejo taxi, desemboca en una pregunta absurda: ¿Qué edad tiene el taxista?

No es tan complicado como parece.

Pero sería bueno, volver a leer el problema.

Esperemos que tras una segunda lectura, ya haya caído en la cuenta.

En realidad, este test más que de lógica es de comprensión lectora, o de memoria inmediata de lectura.

Porque el truco del problema es llevarnos a pensar en el coche y no en el taxista.

Porque, ¿qué edad tiene el taxista?

Muy fácil, la misma que usted.

¿Y eso?, podrá preguntar.

Bueno, recordemos cómo empezaba el planteamiento del problema:

Imagínese que usted es taxista. Su taxi es amarillo y negro y ya tiene 10 años.

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