La observación del proceso de
realización del dibujo por el sujeto es una fuente muy
importante de información acerca de su personalidad.
Así, el orden lógico sería comenzar
el dibujo de la persona por la cabeza y continuar hacia
abajo, para más tarde dibujar el paraguas y la lluvia.
Si el sujeto comenzara a dibujar el
paraguas estaría demostrando demasiada defensa y
control.
Igualmente, comenzar el dibujo de la
persona por abajo demuestra perturbación del
pensamiento, así como método inadecuado de resolución de
los problemas que al sujeto se le plantean.
Si el sujeto pone excusas o habla en
vez de dibujar está demostrando la dificultad que le
plantean las nuevas tareas y decisiones que tiene que
tomar.
Si eso ocurre a la hora de terminar
el dibujo, con detalles gráficos o conversaciones que
alargan excesivamente el tiempo, estamos ante una
dificultad para separase del otro, para finalizar el
vínculo.
El sujeto dará muestras de bloqueos
cuando se detiene en el desarrollo del dibujo y luego lo
continúa.
En cuanto a la velocidad de
realización, una velocidad normal está indicando un
manejo adecuado de las realizaciones, mientras que una
ejecución lenta habla de pobre imaginación y falta de
riqueza cognitiva.
Una ejecución rápida demuestra
agilidad, pero si es precipitada nos indica atropello y
necesidad de liberarse rápidamente de los problemas.
Bibliografía: J.
M. Cid y S. Urbano: "Personalidad y conflictos en el
dibujo". Delta Publicaciones