Este idiom se refiere al antiguo uso
en baños públicos de cerraduras que se abrían echando un
penique. Esto era lo normal para los servicios de
mujeres, mientras que el uso de los urinarios por los
hombres eran gratis.
Estos mecanismos se introdujeron en
Inglaterra a mediados del siglo XIX, aunque la expresión
to spend a penny no apareció hasta 1945.
To spend a
penny ha quedado fuera de uso, en parte porque el
coste de estos servicios ha cambiado y también porque
siempre fue un eufemismo evasivo que ahora parece
bastante anticuado.