We've all moved on from that problem, so there's no use
flogging a dead horse.
Las alternativas
de este idiom:
to beat a dead horse y to flog a dead horse
provendrían de la costumbre de azotar a los caballos
para que corrieran más, de ahí el sin sentido de azotar
a un caballo muerto.
Sin embargo,
también se piensa que podría provenir de que en el siglo
XVII un caballo era símbolo de trabajo duro. Cuando a
los marineros se les pagaba por adelantado y se gastaban
el dinero antes de embarcar, una vez en el mar hablaban
de que el trabajo sin la motivación del dinero era a
dead horse.